Hay tres libros que marcaron mi vida. Otro aparte, que también fue importante, porque fue probablemente el que inició mi pasión por leer es El Hombre Ilustrado de Ray Bradbury. Si mal no recuerdo, el primer cuento de ese libro es Caleidoscopio.
Comencemos con que es un libro de ciencia ficción de los 50´s. Dos hombres han salido de su nave por accidente y "caen" en un viaje interminable del cual saben que nunca volverán. Ambos saben que van a morir. Como todos los cuentos de Bradbury, el escenario es solo el pretexto para situar a sus personajes en situaciones extremas. Bradury disecciona la mente humana a traves de sus personajes, con frecuencia el lado más oscuro de ésta.
Uno de ellos ha tenido una vida gris. No fue feliz y argumenta que al final, va a morir, al igual que el otro, que tuvo una vida colmada de felicidad, de amores y aventuras.
El cuento es una larga conversación que explora ese tema. Todos moriremos. Desde esa perspectiva corremos el riesgo de ver la vida como algo intrascendente y carente de sentido. No importa que hagamos, todos terminaremos nuestro viaje de la misma forma.
Bradbury deja la cuestión al aire.
No creo en Dios. no creo en una vida después de la muerte. No puedo concordarcon esa visión de la iglesia católica que frecuentemente nos predispone al hecho de que la vida es un valle de lagrimas, que venimos aqui a sufrir y que hay cierta virtud en ello. pero no importa, porque todo nos será compensado en esa otra vida idílica después de la muerte.
No creo en eso. Todo lo tenemos que hacer hoy y ahora. Y aunue es cierto, la vida esta llena de momentos dolorosos, temporadas grises o francamente negras, también nos da la oportunidad de vivir cosas maravillosas. De ser inmensamente felices cuando conocemos a alguien. De contemplar toda la belleza del mundo si ponemos la suficiente atención durante una puesta de sol en el mar. De sentir que todo valió la pena cuando vemos a nuestros amigos o nos enamoramos perdidamente de alguien.
Es cierto. No podemos evitar del todo el dolor. Siempre habrá momentos dificiles, en los cuales nada parece tener sentido. En los cuales perdemos el rumbo y por más que nos esforzamos por recuperarlo solo conseguimos extraviarnos más. Momentos en que nos sentimos solos. Y recordamos precisamente aquellos días en los cuales fuimos más felices. Y corremos el riesgo de caer en la desesperanza y pensar que efectivamente, la felicidad no volverá.
Al final, vuelve. Y si no vuelve, siempre tendremos aquellos momentos.
Esos momentos perfectos son lo único que tenemos para darle un sentido a nestra vida. Pero no es poco. Creo en verdad que una plática infinita con un amigo, una mañana en la que abres los ojos y ves a tu lado a alguien que amas, la primera lectura de uno de esos libros que nos cambian para siempre, una noche en vela tocando una guitarra, que culmina con la salida del sol, una caminata en la playa en un atardecer, el sol ocultandose en el mar, el tocar blues a todo volumen con una guitarra eléctrica o el escuchar una canción por primera vez y recordar ese momento toda la vida... Toda esa infinita serie de momentos perfectos, en suma, es nuestra vida. Al final, los momentos negros no están.
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