La primera vez que escuché esto, lo que vino a mi mente fue mi infancia. Acapulco. 1987. La casa donde vivíamos, en lo alto de una colina. Y como esa colina conducía directamente al mar. La forma en la cual todas las tardes, tras comer, bajaba por esa pendiente y pasaba el resto del día en la playa.
Quizá por esa razón el mar tiene u significado tan importante para mí. Simboliza muchas cosas. La eternidad. Nuestra insignificancia y a la vez nuestro valor, el cual esta precisamente dictado por nuestra fragilidad y nuestra individualidad. Representa el inicio y el fin.
Crecí en el mar. Y cuando llegué el momento quiero aquella casa a la orilla del mar. Una casa azul. Pequeña. Al pie del mar. Ahí termina mi historia.
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