En 1968 estalló la guerra de Vietnam y el reverendo Marthin Luther King, el Gandhi estadounidense moría abatido a disparos en Memphis Tenesse. Malcolm X correría la misma suerte.
El idealismo híppie de los 60 se desvanecía lentamente ante la abrumadora realidad de los movimientos estudiantiles que iniciaron en Francia y se propagaron como la pólvora, la prohibición de las drogas blandas y el innegable lado oscuro de los bad trips de LSD. Incluso los beatles, antes de separarse, se verían involucrados en una de las dos historias de terror que terminarían con la década: el asesinato de sharon tate a manos de la familia manson y la leyenda "helter skelter" escrita con sangre en las paredes de la Mansión de Roman Polanski.
los beatles respondieron con revolution y las guitarras más distorsionadas que jamás se hubieran escuchado antes. Los ingenieron de sonido no sabían que John conectó las guitarras directamente a la consola, saturando el canal y poniendo en riesgo todo el equipo. Para entonces el estudio aún no era de su propiedad, por lo que si su ingeniero Emmerick o su productor George Martin se hubieran dado cuenta, simplemente no lo hubieran permitido.
Al final, los beatles se fueron por la vía del pacifismo afirmando sin duda "But when you talk about destruction.... don´t you know you can count me out..."
Mientras un sin fín de bandas trataban de incluir supuestos mensajes al revés en sus discos, hubo una banda que abrazo la oscuridad de los tiempos sin temor a incluir en sus letras explicitamente lo que estaba pasando. Los rolling stones lanzaron streeet fighting man como una respuesta a las revueltas de los movimientos estudiantiles.
Después lanzaron una de sus mejores canciones. El simple inciio y la melodía es oscura y no se van de tu mente una vez que la has escuchado. Paint it black.
Pero los dos ejemplos más claros serían otras dos canciones, otras dos obras maestras de la década: Gimme Shelter, con una de las contribuciones vocales femeninas más famosas de todos los tiempos, abría con esta frase: "A storm is threathening, my very life today... If I don´t get some shelter, Im gonna fade away..."
Merry Clayton, cansada al final de la grabación, se le cortó la voz al tratar de alcanzar la nota alta. Antes de que pudiera disculparse, los stones se quedaron fascinados con esa ahora mítica toma, y le pidieron que lo volviera ahacer.
Pero de todas estas canciones sería una la cual le ganaría a los stones el sobrenombre de sus satánicas majestades y también sería la música de fondo del incidente que cerró definitivamente el telón de la década.
A fines de 1969 los stones convocaron un concierto gratuito en Altmont California. El objetivo era emular el festival de Woodstock celebrado solo unos meses antes. Al igual que en Hyde Park, los stones contrataron a los Hell´s Angels como la seguridad, ignorando que los Hell´s Angels ingleses eran unos arcángeles a lado de los psicópatas Angels de California.
La última canción, del último evento de la década fue Simphathy for the Devil.
Si Robert Johnson, el mítico músico de blues de Mississippi que obsesionó a los ingleses, cantó sobre su encuentro con Lucifer en los Crossroads, los stones realizaron una oda épica que situaba a Lucifer en la crucifixión, en el holocausto y detrás del asesinato de Kennedy y los Romanov. Y no dejaron lugar a ninguna duda:
"If every cop it´s a criminal
and all the sinners, saints....
as heads it´s tail
Just call me Lucifer,
cause Im in need of
some restraint"
Justo entre los acordes de esta oda al mismo hombre con quien Johnson se topó en los crosroads, un fan de los stones moría apuñalado por uno de los Hell´s Angels.
La década había terminado.
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